"Mis retratos son más acerca de mí que de las personas que retrato" Richard Avedon
Creo que la fotografía se construye con la historia del fotografiado y del fotógrafo. Para contar la historia de una familia, hay que saber escuchar siendo el respeto y la empatía el punto de partida.
Hoy te cuento parte de mi historia:
Desde chica tengo el hábito de escribir en cuadernos como si fuera un diario íntimo, hacer listas de todo tipo y anotar frases que veo en películas, libros o en cosas que escucho. Al igual que guardar papelitos, entradas, fotografías y cosas pequeñas en una caja de zapatos.
Yo quería ser periodista, no sé si estaba influenciada por Abril O' Neil de las tortugas ninjas o porque ansiaba tener la valija de Juliana Periodista por encima de la Juliana belleza o Juliana mamá.
Soñaba en trabajar en un diario, amaba escribir cartas y armar los titulares de las noticias. Recortar palabras y hacer collage con ellas. Con mi hermana menor jugábamos a que teníamos un programa de radio (aunque no me acuerdo bien de eso).
Cuando tuve que elegir una carrera al finalizar la Secundaria, había decidido estudiar Periodismo. Me anote en las clases de prueba que hacían en Deportea. Pase con éxito la clase de escritura y cuando tome la clase de radio sentí pánico al escucharme como las ardillitas CHIP Y DALE y no me anime a ir a la clase de televisión. Pensé ¿Cómo hago para trabajar en un diario sin ser periodista? Mi solución fue: si estudio fotografía puedo ser foto periodista.
Y así vine a vivir a Mar del Plata para estudiar fotografía en la "Escuela de Artes Visuales Martin Malharro". La idea fue mutando y en el camino realice distintos estilos de fotografía hasta llegar a la fotografía de embarazadas, bebés y familias.
Después de 8 años trabajando en estudio perdí la sensación de alegría que me motivaba al principio. La fotografía de bebés se había puesto de moda y descubrí que esa forma de llevar mi trabajo no me representaba.
Indagando me di cuenta que son mis propias fotos de la infancia las que me emocionan y conmueven. En las que estoy con mis hermanos o las que fueron tomadas por sorpresa.
Como mis papás se separaron cuando yo tenía 13 años, tengo muy pocos recuerdos de haber compartido momentos felices en familia.
Sólo tengo una foto impresa junto a mi papá cuando yo era bebé y la conservo con mucho valor. Me hubiese encantando compartir más cosas con él y que haya más fotos juntos.
Laura Gutman, en su libro Biografía Humana dice: “A pesar de haber vivido experiencias placenteras, en la medida en que no hayan sido nombradas no pasan a la conciencia. Y si no pasan a la conciencia, tenemos la sensación de que no han existido”
¿Entonces los recuerdos son confiables o no? Los recuerdos sí. Pero la interpretación de esos recuerdos no.
Es por eso que entiendo el valor que tiene la fotografía documental como testimonio de los momentos vividos y construcción de la memoria.
Para dejarles a las familias y sobre todo a los niños de la casa, fotografías de momentos reales y recuerdos que le perduren para toda la vida.
Esa parte de mi historia sumada a mis ganas de ser periodista, el placer de ver fotos viejas, armar el álbum familiar y el amor por la fotografía hacen que hoy sea Fotógrafa documental de familia y me especialice en fotografiar bebés de un año.
Así es que decidí cerrar mi estudio y dar comienzo a una nueva etapa. Esta búsqueda me está llevando a re conectar con mi infancia, para hacerle honor a mi niña interior, quien me empuja a seguir avanzando.
Hoy no tendré una valija Juliana Periodista, pero mi cámara me acompaña a distintas casas a escuchar historias de familias.
Mis fotos no saldrán en grandes diarios, pero si quedarán guardadas en álbumes de fotos familiares que van a sobrevivir a generaciones.
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Foto de portada realizada por:
Fotografía: Alejandro Facal
Maquillaje: Alejandra Zeniquel